El cruce ilegal de armas de fuego desde Estados Unidos hacia México continúa siendo una grave amenaza tanto para la seguridad de los ciudadanos como para los agentes que arriesgan sus vidas diariamente en la frontera. Autoridades de distintas agencias federales revelaron esta semana las armas más comunes utilizadas por el crimen organizado, y cómo estas representan un verdadero reto para las operaciones de seguridad.
Armas de guerra en manos de criminales
Agentes confiscaron armamento de alto poder, incluyendo calibres diseñados para penetrar chalecos antibalas. Alberto Vélez, vocero de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), explicó que los criminales prefieren armas de calibre pesado.
“La gran mayoría de armas que utilizan son los calibres .50, .42, .49 FN. También utilizan mucho la .47 o cualquier derivado de ese tipo de arma, junto con los rifles de AR-15 o M4,” detalló Vélez.
Estas armas no solo dificultan el trabajo de las autoridades, sino que también representan una amenaza directa a sus vidas, ya que muchos de estos rifles pueden perforar la protección estándar de los chalecos antibalas.
Más allá de las armas: Secuestros y robo de vehículos
Además del tráfico de armas, los oficiales en la frontera lidian con casos relacionados con secuestros y robos de vehículos. Paul Del Rincón, portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), comentó sobre las múltiples situaciones que enfrentan a diario.
“Hemos visto a niños que iban secuestrados o quizás algún pariente que no llevaba permiso para llevarlos a México… Sí, se ve bastante, carros robados que vienen normalmente de aquí, de Laredo, quizás San Antonio,” explicó Del Rincón.
Estos crímenes están frecuentemente ligados a redes delictivas organizadas, que utilizan vehículos robados para transportar armas o personas hacia el sur del país.
Consecuencias legales para todos los involucrados
Edmundo Palomares, del Departamento de Seguridad Nacional, enfatizó que no solo los transportistas de armas enfrentan cargos federales, sino también aquellos que las suministran, aun si no participan directamente en su tráfico.
“Es importante saber que si no tiene licencia para comprar armas o si tiene licencia y las pasa a otras personas, es un delito federal” advirtió Palomares.
La advertencia es clara: facilitar armas a terceros sin la debida autorización podría tener graves consecuencias legales, incluyendo tiempo en prisión federal.
Tecnología y trabajo en conjunto: La clave del control
Para frenar el flujo de armas y otros delitos, las agencias se apoyan en tecnología de punta, unidades caninas entrenadas y una estrecha colaboración interinstitucional. Aunque el trabajo es arduo, los oficiales insisten en que cada decomiso representa una vida potencialmente salvada.
